La Banca Islámica - Introducción

La práctica de la banca islámica y los bancos islámicos son relativamente recientes en la escena financiera mundial, más en menos de medio siglo se establecieron y pasaron a ser de una importancia mucho mayor de lo que se pudiera imaginar, dada su participación en el mercado global. ¿Por qué aconteció y por qué tantos musulmanes y no musulmanes pasaron a interesarse por la práctica bancaria islámica?

Creo que hay diversas respuestas para esas preguntas, algunas prácticas y otras filosóficas. Algunas son más relevantes a individuos y otras a empresas.

De alguna forma, el fuerte interés en la banca islámica refleja el crecimiento de la popularidad de la práctica bancaria ética y del movimiento por la inversión socialmente responsable. Por otra parte, analizando más profundamente, tal vez también tenga que ver con la tendencia creciente de concientización relacionada a las cuestiones ambientales, cuestiones de salud personal y pública, en un sentido espiritual financiero, tienda a ver como un entendimiento cada vez mayor de que el capitalismo salvaje – aquel de los años 80´s – definitivamente no tiene todas las respuestas. Para resumir y sin ir tan profundamente a los detalles teológicos, es importante decir que, muchos de aquellos que trabajan en la industria financiera islámica, ven esa práctica bancaria como algo mucho más que un sistema que simplemente evita la cobranza y recibimiento de interés.

En la vida práctica, un creciente número de empresas e instituciones financieras, muchas de ellas fuera de países musulmanes, miran beneficios en envolverse con las prácticas financieras islámicas. Una razón económica inmediata para conocer ese mercado es la grande liquidez – en su mayoría de los países del Golfo Arábigo – disponible para su inversión en el exterior, siempre que sean instrumentos aprobados por las leyes de la Sharia, y dado el crecimiento del comercio entre Brasil y los países árabes, y particularmente relevante que las empresas de los bancos brasileños se familiaricen con esa industria.

Yendo más lejos, entretanto, esa -razón económica inmediata- se expande enormemente cuando se tiene en cuenta, primero el dato de que un quinto de la población del mundo es musulmana, segundo que el Islam es la religión que mayor crece en el mundo y tercero, que el perfil financiero personal y demográfico de los musulmanes globalmente tiene un sesgo hacia la alza. En la práctica esto sugiere que en los próximos diez o veinte años habrá un grupo influyente y de expansión que podrá tener sus preferencias financieras dictadas por algo más que simples conveniencias de productos convencionales. Debido al grande potencial contenido en el sistema financiero islámico, todos los hombres y mujeres serios de negocios, deberían, por lo menos, evaluar las oportunidades que pueden existir para sus empresas en esa industria.